lunes, 29 de junio de 2009

Una hojalata de regalo.

Nuestra niña ha venido de un país inexistente. Vive en medio del desierto. Juega con la arena. Va a la almadrasa (escuela) y sueña con un futuro. Quiere estudiar en la universidad, en su idioma, el árabe. Se siente árabe.

No tiene nada. Valora la vida y la familia.

No tiene juguetes. Le gusta jugar. Tiene el mejor juguete, su imaginación.

No tiene móvil. Su papá tiene móvil pero no hace fotos ni tiene politonos. Tiene nueve hermanos que no tienen móvil.

Su nación tenía un territorio pero otro país negoció con el nuestro y se lo quitó.

Vive en medio del desierto. Sus papás luchan con el mundo para hacerse oír. Sólo quieren lo que ya les reconoció la ONU una vez.

Se conforma con poco. Juega y va a la almadrasa. Una piedra puede ser "Hanna Montana" y un osito de peluche.

No necesita nada, sólo un besito de mamá y otro de papá.

No tiene nada y nos ha regalado un tesoro: una chapita de hojalata con una bandera de su inexistente país y una hermosa sonrisa.

Yo tengo móvil que hace fotos, una casa y un coche y sin embargo no encuentro regalos mejores que los suyos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario